Los daños causados a la economía europea por los recortes de suministros gasísticos de Rusia siguen en aumento, lo que puede dar lugar a un escenario en el que la actual crisis energética eclipse la quiebra financiera que azotó al mundo en 2009. Así lo estima la agencia Bloomberg en un artículo publicado este martes.
El pronóstico del medio, basado en un modelo del mercado energético de Europa y su economía, indica que el escenario básico para la eurozona es una caída del PIB en 1 % a partir del cuarto trimestre de este año.
“Si los meses venideros resultan especialmente fríos y los 27 miembros de la Unión Europea no consiguen repartir eficazmente los escasos suministros de combustibles, la contracción podría llegar al 5 %”, advierten los autores del artículo, al señalar que tal disminución equivaldría aproximadamente a la recesión ocurrida en 2009.
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Pero aun si ese pronóstico no se materializa, la zona euro avanza para 2023 en dirección a su tercera contracción más grande desde la Segunda Guerra Mundial, con Alemania como la nación más golpeada.
Bloomberg advierte que los esfuerzos de los políticos europeos para estabilizar la situación, con el aporte de miles de millones de euros a los hogares y las empresas, así como con las propuestas para reducir el consumo de energía, pueden “quedarse cortos”.
Mientras, el Banco Central Europeo (BCE) está “exprimiendo” la economía con el objetivo de combatir las altas tasas de inflación. Para ello, el organismo apuesta por elevar rápidamente las tasas de interés, haciendo más difícil el acceso a los préstamos.
Este lunes la presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó que el panorama económico de la eurozona “se está oscureciendo” debido al conflicto en Ucrania. Comentó que se estima que la inflación anual se sitúe en 8,1 % este año, al mismo tiempo que anunció que el Consejo de Gobierno decidió subir los tres tipos de interés claves del BCE en 75 puntos básicos, lo que se sumaría al incremento de 50 puntos básicos anunciado en julio.