Las elecciones presidenciales en Brasil empezaron esta mañana al abrir las mesas para votar en la primera vuelta de los comicios que enfrentan al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro y al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, dónde se calcula que 156 millones de personas puedan sufragar.
El izquierdista parte con ventaja incluso para vencer en primera vuelta, según las encuestas, al término de una campaña que evidenció una profunda polarización en el mayor país de América Latina.
El Tribunal Superior Electoral de Brasil arrancó los comicios presidenciales con la apertura de sus centros de votación en todo el país.
Los cerca de 156 millones de brasileños empadronados podrán emitir su voto desde las 8 de la mañana y hasta las 17 horas, posteriormente arrancarán los conteos rápidos.
Entre los cargos que se disputan además del de presidente, en donde los favoritos son Jair Bolsonaro y Lula da Silva, también se renuevan los 27 escaños en el Senado, 27 gobernadores y las 1572 curules de diputados federales y estaduales.
En Brasil el voto es obligatorio entre los ciudadanos de 18 a 69 años y opcional para jóvenes de 16 a 17 años y para los adultos mayores a 70 años.
Para obtener el triunfo en la presidencia cualquiera de los candidatos debe obtener más del 50 por ciento de los sufragios, de lo contrario se realizará una segunda vuelta entre los dos punteros el próximo 30 de octubre.
Hasta el momento las autoridades electorales, de justicia y los organismos internacionales que vigilan el proceso reportan que todo se está realizando en paz y orden.
Los sondeos de opinión recientes daban a Lula una amplia ventaja. La última encuesta de Datafolha publicada el sábado mostraba que el 50 por ciento de los consultados que pensaban votar a un candidato dijeron que optarían por Lula, frente al 36 por ciento de Bolsonaro. La firma entrevistó a 12 mil 800 personas, con un margen de error de más menos dos puntos porcentuales.
El mandato de Bolsonaro se ha distinguido por su retórica provocadora, su presión sobre instituciones democráticas, su criticada gestión de la pandemia del covid-19 y la peor deforestación en la selva amazónica en 15 años.
Pero el mandatario ha formado una base de fieles con su defensa de los valores familiares tradicionales, su rechazo a la corrección política y presentándose como un protector de la nación ante políticas de izquierdas que erosionan la libertad personal y provocan inestabilidad económica.
La lenta recuperación económica aún no ha llegado a los pobres y 33 millones de brasileños pasan hambre pese al aumento de las prestaciones sociales. Como varios de sus vecinos latinoamericanos que lidian con una alta inflación y un gran número de personas excluidas del empleo formal, Brasil estudia un giro a la izquierda.
LULA DESEA QUE BRASIL “VUELVA A LA NORMALIDAD”
El ex presidente y candidato a las elecciones en Brasil Luiz Inácio Lula da Silva votó este domingo y dijo que quiere vencer para que Brasil “vuelva a la normalidad”.
Estoy “votando aquí con la posibilidad de volver a ser presidente, para intentar que este país vuelva a la normalidad”. “No queremos más odio o discordia“, dijo el líder de la izquierda al votar en Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo.
“UNAS ELECCIONES LIMPIAS DEBEN SER RESPETADAS”, DICE BOLSONARO
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este domingo que “unas elecciones limpias deben ser respetadas” al votar en Rio de Janeiro en la primera vuelta de las presidenciales, y deseó que “venza el mejor”.
El ultraderechista, que marcha segundo en las encuestas, ha cuestionado la fiabilidad del sistema electoral de Brasil, despertando temores de que no acepte una eventual derrota frente al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.