A más de tres años del inicio del proceso de venta del avión presidencial, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que éste aún no se ha vendido; no obstante, anunció que se pondrá en renta para bodas, fiestas, viajes, entre otras actividades.
El mandatario explicó que si bien aún faltan detalles para esta decisión, en primera instancia el Boeing 787-8 Dreamliner adquirido en 2012 por el entonces presidente Felipe Calderón en 218 millones de dólares, será trasladado al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) para ser entregado a la empresa Olmeca-MMaya-Mexica, que será operada por las Fuerzas Armadas.
«Se va a entregar el avión para que puedan rentarlo y se utilice para que no esté sin volar y que pueda tener ingresos su renta para pagar sus gastos y mantenimiento. Ya tomamos esa decisión”, dijo en Palacio Nacional.
López Obrador explicó que la aeronave, que puede transportar hasta 290 pasajeros, según la configuración empleada, no será modificada para que aquellas personas que la renten para bodas, viajes u otras actividades, conozcan los lujos que fueron adquiridos por gobiernos pasados.
Al ser cuestionado acerca de si esta decisión significa que ya no se venderá el avión presidencial, el mandatario indicó que aunque se ofertado éste, aún no hay comprador debido a que es una aeronave “hecha a la medida”.
Incluso recordó que pese al acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) para promocionar y vender el TP-01, aún no se ha concretado la venta.
Explicó que si durante el proceso de renta surge algún comprador, la venta sí podría llevarse a cabo.