Un grupo de arqueólogos ha encontrado una enorme estatua de Hércules en la antigua ciudad de Filipos, al norte de Grecia, informó el Ministerio de Cultura y Deporte griego en un comunicado.
La escultura, que se ha conservado en relativamente buenas condiciones, representa a un Hércules joven. El torso y la cabeza están intactos, al igual que la piel del León de Nemea, que cuelga de la mano izquierda del héroe; pero falta parte de la pierna derecha del personaje debajo del muslo, al igual que el brazo derecho. Sobre su abundante melena rizada hay una corona de hojas de la vid atada alrededor de la cabeza por una banda que cuelga por el cuello y los hombros.
El equipo de estudiantes y arqueólogos de la Universidad Aristóteles de Tesalónica descubrió la estatua en el lado oriental de una de las principales calles de la ciudad, en la intersección con otra calle.
En ese punto existía una plaza, donde en su día se alzó una imponente construcción, posiblemente una fuente muy decorada (ninfeo), de la que también se han hallado algunos fragmentos. Los investigadores creen que la escultura del joven Hércules adornó la estructura, que ha sido datada entre los siglos VIII o IX d. C., período de dominio bizantino en la ciudad.
Según fuentes históricas y datos arqueológicos, las estatuas precristianas de las épocas clásica y romana adornaron edificios y espacios públicos hasta finales del período bizantino, y este descubrimiento lo confirma.
La antigua ciudad de Filipos fue fundada en el año 360 a. C originalmente como Crenides por colonos de la isla de Tasos. Fue conquistada por el rey de Masedonia Felipe II y refundada como Filipos en el año 356 a. C. La ciudad mantuvo una considerable guarnición bizantina en el siglo VIII d. C. que aseguraba una plaza de gran importancia estratégica. Sin embargo, los soldados de Bizancio no pudieron evitar que la localidad fuera tomada por los búlgaros en 838 d. C., aunque fue recuperada unos años después. Fue abandonada solo después de la conquista otomana del siglo XIV.